Hedda Gabler

Hedda Gabler es, sin lugar a dudas, una de las grandes obras de Ibsen. Es un enfrentamiento, un choque constante entre el deseo y las aspiraciones más elevadas, y el conformismo y la aceptación de la mediocridad. Hedda desea una vida llena de gestos heroicos, de grandes fiestas, de lujo... pero ¿tiene el valor suficiente para romper con la estabilidad que tiene asegurada? ¿Y qué pasa si esa estabilidad resulta ser aburrida y mediocre?

Ibsen nos propone un debate no resuelto, todos los personajes viven en este debate, cada uno de ellos representa un camino diferente y no parece que ninguno conduzca a la satisfacción. Un camino lleno de elecciones, de decisiones. ¿Si elegimos lo que hacemos, elegimos lo que somos? ¿Somos responsables de las elecciones de quienes nos acompañan? Una obra de actores. Una historia vertiginosa que cambia el destino de todos los personajes en solo 48 horas.

Al leer el texto pensaba: ¡qué gusto poder ensayar esta obra! ¡Es una pieza para ser disfrutada en estado puro! ¿Por qué no llevarla al escenario como si se tratara de un ensayo? Sin escenificar una reconstrucción histórica ni realizar una hipótesis de contemporaneidad. Trabajar el texto directamente, con voluntad de sencillez y austeridad. Una mesa, unas sillas, un sillón, algunas copas, un tocadiscos, jazz... ¡Un ensayo hecho ahora y aquí!

Pau Carrió