Hoy que ensayamos

per Albert Reverendo

#28 i mig

Semana 3. Hoy ensayamos el cuento de Notxa y entramos en el cuadro mural que con pincel largo pinta para escapar de la cruda realidad, y hoy mismo que nos llegan seis personajes que buscan un autor, una matriz fecunda que escriba su tragicomedia, hoy que por unos instantes en el ensayo de 28 y medio acontece el mommentum donde poesía, técnica y filosofía se mezclan en la verdad de la ficción teatral, me doy cuenta de que estamos haciendo una gran hoguera donde chispean trozos de literatura, música y cine, que no son más que apasionados rincones del alma que decidimos atender. Y se conjuran el violín de Laura, la guitarra de Marià y Marc y el acordeón de Juan para levantar un canto hacia arriba, « entre el viento, la lluvia de una noche larga y fría, todo lo que soy ahí estará ». Y quemamos la melancolía en celebración, en fiesta continuada, crescendo conmovido donde de las tristezas hacemos circo.

Porque la melancolía es fecunda si la digerimos en compañía, si la elevamos en poesía, si la escuchamos acompasada por cadencias vitalistas. Y el arte nos espera para perdernos y volver a encontrarnos, para cogerlo todo con ironía, como una noche de borrachera, como una madrugada misteriosa que mueve las vetas debajo del vaivén rutinario. La carne se desencarcara con un latido teatral haciéndonos sentir con certeza que amar es querernos, querernos aunque nos falten dientes.

« Le viento se eleva, il fat tanter de vivre ».

Y el ensayo es la repetición, como dicen los franceses, y también la prueba, como en Italia; amasar los signos de la escena y las idas de un fragmento a otro, que forman un caleidoscopio de muchos tiempos simultáneos. Y así nosotros preparamos la noche de teatro, donde reavivamos el presente del fuego que siempre arde aquí y ahora. El teatro es un juego que sólo se conjuga en gerundio. Jugamos para hacer presente el recuerdo que nos falta, el que buscamos desde la infancia: el recuerdo de la belleza.