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06.10.2023

Una temporada para ser - Temporada 23/24

per Oriol Broggi

Tal vez fue cuando tenía 12 años..., o 13, o 14, no recuerdo la fecha exacta, y probablemente no importa... Fue un momento en el que estaba frente a una pintura, no recuerdo exactamente de quién era, creo que podría haber sido de Matisse... pero también podría haber sido de Miró, Monet o Modigliani... A veces habría apostado mi mano a que era de Matisse, otras veces no estaba tan seguro, pero eso probablemente tampoco importa mucho. Lo que sé con certeza es que me quedé allí, cautivado por una fuerza que reconocí como verdadera, y algo explotó dentro de mí.

Estaba allí, mirando una pintura que alguien había creado hace mucho tiempo, y me sentí completamente conectado a él y a su obra. A medida que la emoción crecía en mí, la conexión entre nosotros se fortalecía. Y pensé (o con el tiempo, he pensado que debí de haber pensado...) que si una conexión como esa podía crearse entre dos desconocidos, también se abría la posibilidad de crear conexiones con otras personas que no conocía y ni siquiera podía imaginar que existieran, y establecer una nueva forma de comprender y relacionarse con el mundo. Debo agradecer la oportunidad de haberme encontrado frente a esa pintura ese día y de haber aprendido a mirarla antes que otros, y después de eso, de haber aprendido a mirar tantas cosas en la vida cotidiana como si fueran cuadros...

Hoy me gustaría decirles que con el tiempo he redescubierto a menudo esa sensación.

Quizás esta sea la idea detrás de preparar y presentar una temporada en nuestro teatro. Enseñar algo que hemos preparado con amigos en el escenario a otros amigos que no conocemos y que están frente a ese escenario. Hacer estallar emociones dentro de ustedes y esperar que queden guardadas en sus mentes y corazones. Crear una sensación de familia. Conectar a través de imágenes y en un entorno especial. Esa es la aspiración de nuestra profesión. Contarles historias y ofrecerles imágenes personales, artísticas, históricas, tristes o divertidas, cómicas y siempre, siempre, trágicas. Creo que si logramos alcanzar aunque sea una pequeña parte de este hermoso sueño, nos sentiremos más felices. Estoy convencido de que a través del teatro se crean relaciones muy fuertes y esa explosión que recuerdo de mi infancia y juventud se recrea. Crear una sensación de familia entre nosotros: ese mundo extraño y especial que uno cree que lleva dentro se puede compartir. Al hacerlo, no te sientes solo, no tan solo.

Después de elaborar estas propuestas y ponerlas en el calendario, después de hablar con los artistas y promotores de cada una, con los productores y técnicos, con todas las personas involucradas, después de medir las dificultades económicas, asumir riesgos y, aún después de tener que dejar de lado algunas otras propuestas muy interesantes con un inmenso pesar en nuestros corazones, nos damos cuenta de que en casi todas ellas hay algo profundamente relacionado con la familia. Queríamos crear una familia y nos encontramos hablando de la familia sin ni siquiera buscarla activamente, de una forma u otra, en todas las producciones.

La familia Castells y la familia Pla-Solina, a quienes llamaremos Travy, nos hablan de tantas cosas a través de su historia, convirtiéndola en una forma de vida y expresión. Pero no son los únicos, también hay otra generación, las personas de 'Col·lectiu Pedant a missa i repicant', que, sin lazos familiares explícitos, abrazan una vida juntos y una forma de vivirla. Sobre los problemas que los lazos familiares le traen al pobre Hamlet, creo que hay poco que añadir porque todos los conocemos... lo importante será la forma irónica y sarcástica de explicarlos en este monólogo. Y también hay lazos familiares presentes en La Trena, con tres mujeres de diferentes partes del mundo luchando por no ser lo que se espera de ellas. Pero también la historia de la familia en Filumena Marturano, con sus problemas en el día de la boda, sus hijos, su nuevo esposo, una historia nacida del gran teatro de la familia De Filippo (que a su vez proviene de la familia Scarpetta); y también la obra que Tennessee Williams escribió con ecos autobiográficos, El Zoo de Cristal, donde los hermanos luchan contra su madre y toda una generación... dos espectáculos en los que la familia está en el centro de la historia, contada desde el sofá de sus hogares. E incluso donde termina la temporada, con Todos los Pájaros, una familia que lucha contra sí misma y contra la terrible historia que ellos y toda la humanidad han arrastrado desde la Segunda Guerra Mundial, narrada por tres generaciones en conflicto, donde se entrelazan civilizaciones, herencias culturales, herencias cromosómicas, discordia entre generaciones, desacuerdos y reuniones.

Vivimos en una sociedad en la que la gente habla consigo misma en la calle, y sentimos más que nunca la necesidad de conectarnos con ella, incluso si es a través del actor que habla solo en el escenario mientras busca a un espectador abierto y libre para comunicarse.

Esperamos tener la fuerza y la visión para lograrlo, y la alegría de intentarlo.

Oriol Broggi
Director artístico
 

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