10.06.2022

Conectar en el abismo de la ficción

Vuelve Canto yo y la montaña baila

Hay obras que viajan y devuelven porque nos transportan al recuerdo de la palabra poética. Tienen ese espíritu abismal que nos rescata del espíritu del tiempo y nos conecta con el yo que compartimos bajo nuestras diferencias. Es el mismo espíritu de las fábulas ancestrales donde descansan las raíces de las costumbres que hemos heredado de nuestros abuelos y que ellos también habían heredado de los suyos. Hay obras que nos enseñan la inmensidad de la que somos capaces y al mismo tiempo nos muestran nuestra pequeñez dentro del orden universal.

Canto yo y la montaña baila contiene uno de esos espíritus abismales. Seguramente es una especie de mujer de agua que vela por cómo contamos su historia, que se transmite desde tiempos remotos. Un espíritu que traspasa de la novela al teatro, y del teatro en el corazón del espectador. En palabras de Kae Tempest: una conexión viva.

Cuando estrenamos el espectáculo en febrero de 2021 y tuvo tan buena acogida nos dimos cuenta de que habíamos conseguido hacer vibrar el espíritu abismal de la novela de Irene Solà. Joan, Guillem, las músicas de Judit, el trabajo de todo el equipo artístico, la adaptación dramatúrgica de Claudia… Todo se conjuró a favor de lo único de esta historia, el recuerdo poético que despierta.

En La Perla 29 nos gusta la idea de colocarnos ante el abismo de la ficción. El abismo de adaptar las historias de un formato a otro, transmutar a los personajes como si la novela y el teatro fueran vasos comunicantes, el abismo de acercarnos al estreno sin saber del todo si lo conseguiremos, esos segundos de silencio y oscuridad antes de empezar el espectáculo cada noche… También nos gusta comprobar que las redes que hemos ido tejiendo a lo largo de estos años de trabajo bien hecho, de convivencia, de un gran respeto por el trabajo que hacemos, sirven justamente para cruzar estos abismos. En la sala de ensayo, en los espacios del Teatro, en las reuniones de producción, etc… Estas redes son los salvavidas que permiten domar el abismo, dirigirlo, concentrarlo y proyectarlo con fuerza para hacer realidad la ficción .

Por eso es importante que vuelva Canto yo y el monte baila . Porque conecta novela y teatro, escritura y dirección, autora y dramaturga, personaje e intérprete, lector y espectador. Todos ellos conectados por un espíritu abismal que queremos que nos haga viajar mucho tiempo, que nos conecte en una experiencia cultural que se multiplica con la presencia del otro.

Seremos como un recuerdo del eco de las montañas.
Nos vemos en el teatro.

Albert Reverendo y el equipo de La Perla 29

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