12.01.2022

La alegría pendiente que tenemos por delante

La alegría . La alegría pendiente, la alegría que nos debemos, la alegría posible que tenemos por delante. Ahora que apenas ha pasado otra Navidad, ya nos sentimos de nuevo inmersos en la rueda que lo rompe todo: ¡Uf!! Y un trimestre más…, un año más…, ha pasado otra noche de Reyes. Y mientras nos abocamos a continuar nuestro día a día queremos esa alegría que nos debemos, la perseguimos.

En nuestro pequeño teatro hemos vuelto a oír el rumor de la oficina y hemos reanudado los montajes de los espacios, de las paredes, el ruido de la técnica, de los carros de foco, de los papeles, y también de las ideas e ilusiones nuevas . Los actores siguen preparando la función, y se sueltan en ese maravilloso espacio de vida cada noche… (Todo esto cuando no nos vemos obligados a detener unos días…)

Ha pasado la Navidad, y todo sigue y todo vuelve a empezar. Quisiéramos que no se acabara nunca, y que todo el año fuera ahora y siempre… “ y todo fuese primavera, y toda hoja verde eternamente…

Por eso empezamos el año con un dibujo que Llibert Pastor nos ha hecho llegar estos días. No queremos dejarlo para el próximo año como sería lo más lógico, -y como Anna y Albert proponían- ¡No, no…! ¡Por hoy mismo! Porque tenemos la urgencia de que sea siempre Navidad y siempre todos los días a la vez. Estas Navidades que hemos pasado y que hemos sufrido más de la cuenta. Vivir eternamente, sin embargo, contra todo: por la alegría posible que tenemos por delante. Y también por la melancolía… bien juntas y amigas, como la postal de Navidad. Para que sean indivisibles y esto no sea un pecado. ¡Por las palabras buenas, por el conocimiento! Por la buena crítica, honesta, por el buen consejo.
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Para que este año esté lleno de ideas no simplificadas,
de razonamiento feliz, de inteligencia, de claridad, de buenas intenciones y buenas acciones.
Para que podamos enamorarnos cada día, y podamos hablar de ello.
¡Para que todo sea maravillosamente complejo!
Para que todo vaya a mejor. Y podamos ir a ver buen teatro.
Y no fruncimos tanto la nariz,
Y queramos conversar, abrazarnos, y amar.
Por la alegría pendiente, que nos debemos, ¡buen año a todo el mundo!

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