La mort d’Ivan Ilitx

La mort d’Ivan Ilitx es la crónica del fin de la vida de un juez mediocre y ambicioso, que vive atrapado en el ambiente mezquino y poco humanizado que él mismo ha ido construyendo a su alrededor. En realidad, el texto de Tolstói es también muchas otras cosas: es un viaje interior a través de las vivencias de un hombre -como cualquiera de nosotros- que constata, perplejo, que no está preparado para asumir la muerte que se acerca de forma inesperada e inexorable.

El texto es tan hermoso, tan precioso, que no podemos evitar explicarlo y decirlo a los cuatro vientos. Creo que es justo intentar llevarlo a escena y retomarlo ahora, pasados algunos años. Permítanme hacer trampa y tomar prestado a Thomas Mann el texto del prólogo de su Montaña Mágica, es precisamente lo que yo quisiera expresar antes de mostrarles nuestra obra:

"Queremos contar la historia de Hans Castorp (en este caso la de Iván Ilich), y no por él, sino por la historia misma, que nos parece muy digna de ser contada. De esta historia, hace mucho tiempo, ya está como quien dice completamente cubierta de noble verdor histórico y debe ser narrada necesariamente en la forma del pretérito más anterior. Esto no sería ningún inconveniente, sino más bien una ventaja; porque las historias deben ser pasadas y se podría decir que, cuanto más lo sean, mejor para su esencia y para el narrador que evoca, murmurando, el imperfecto. (...) La contaremos detalladamente, con cuidado y precisión, porque, ¿la diversión o el aburrimiento de una historia, acaso han dependido alguna vez del espacio y el tiempo que ocupaba? Sin temer el mal sabor de la meticulosidad, más bien estamos del parecer de que solo lo minucioso es realmente distinguido. Por lo tanto, el narrador no terminará la historia de Hans (Iván Ilich) en un abrir y cerrar de ojos. Es mejor que no cuente previamente cuánto tiempo terrenal se le escapará mientras la tiene enhebrada. Así pues, ¡comencemos!"

Thomas Mann

Oriol Broggi